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Siempre ocurre que los asientos de las primeras filas son los mejores para sentir el escenario de cerca, pero no tanto para verlo, ya que generalmente está demasiado alto y al final el cuello acaba resintiéndose. Y en las últimas filas uno no ve bien del todo.
Sin embargo, con unos binoculares para ópera podrá seguir el espectáculo de cerca y concentrarse cómodamente en el escenario. Los prismáticos compactos le permitirán incluso percibir las expresiones faciales y corporales de los actores.
Aquellos binoculares cuyo peso exceda los 400 gramos o cuyo diámetro de las lentes frontales sea de más de 30 mm serán catalogados como "no recomendables" para el teatro.
Muchos clientes también usan binoculares para ópera pequeños porque, aunque su calidad de imagen no suele ser tan buena, cuentan con un mayor campo visual y, con él, ofrecen una visión más panorámica del escenario.