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La caza es una práctica muy versátil. Por eso no es fácil elegir un único modelo como los binoculares perfectos para el cazador. En primer lugar, hay que determinar el tipo de caza que se practica: en punto fijo, al rececho, en batida o de montaña. En el caso de la caza en punto fijo, el peso es un factor menos determinante que para rececho o por montaña. Teniendo en cuenta que la caza suele practicarse al amanecer o al atardecer, la pupila de salida deberá tener al menos entre 4 y 5 mm. En el caso de la caza nocturna recomendamos binoculares con 5-7 mm. La pupila de salida se calcula con esta fórmula: "apertura dividida por el factor de aumento".
La "estanqueidad" también es decisiva. No podemos recomendar para caza ningún binocular que no sea "estanco al agua a presión", ya que pueden reducir o incluso impedir el disfrute de la observación bajo diferentes condiciones atmosféricas.
En caso de una pupila de salida de menos de 3 mm, valoraremos los binoculares como "no recomendables" para caza. Además, los prismáticos para caza deben ser en cualquier caso estancos al agua a presión.
Obviamente, siempre se pueden llevar unos binoculares pequeños de bolsillo en el coche para los paseos por el coto.