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Preguntas y respuestas

Observación de aves

Para iniciarse en esta práctica solo se necesitan dos cosas: unos binoculares útiles y un buen libro de referencia. La buena noticia es que los prismáticos no tienen por qué costar una fortuna.

Adler Vogel Outdoor

Me gustaría conocer mejor la fauna avícola de mi entorno. Como principiante, ¿qué recursos se recomienda usar y cuáles no?

Para empezar a descubrir el mundo de las aves solo se necesitan dos cosas: unos binoculares útiles y un buen libro de referencia. Antes de tener claro si este hobby va a ser duradero o un simple capricho pasajero, no merece la pena invertir grandes cantidades de dinero en el equipo. Se pueden conseguir unos binoculares con unos acabados decentes y un rendimiento entre satisfactorio y bueno desde tan solo 70 EUR, mientras que los prismáticos mejor dotados para niveles de exigencia superiores y garantía de disfrute a largo plazo cuestan de 200 EUR hacia arriba.

¿Qué binoculares debería comprar?

Todo depende de cómo, dónde y cuándo se vayan a usar. Por ejemplo, si simplemente quiere realizar observaciones desde su propio jardín para saber qué pájaros revolotean por allí y visitan su comedero, basta con unos binoculares todoterreno con un factor de aumento máximo de entre 8 y 10 (por ejemplo, unos 8x40 o 10x42). Estos aparatos ofrecen una luminosidad más que válida para hacer observaciones diurnas y un campo visual suficientemente grande para poder seguir el rápido vuelo de las aves. Si prefiere usarlos de noche o al atardecer, deberá elegir unos binoculares nocturnos (por ejemplo, unos 7x50 o 8x56) que, naturalmente, también ofrecen sus ventajas para observación diurna.

¿Qué significan las cifras que aparecen escritas sobre los binoculares?

Por norma general, los binoculares y catalejos presentan dos cifras a modo de referencia, por ejemplo, "10x25" o "12x50". El primer valor se refiere al factor de aumento y el segundo, al diámetro del objetivo en milímetros. Así, un catalejo con la indicación "10x25" tendrá unos aumentos de x10 y su objetivo (la apertura de entrada del aparato) presentará un diámetro de 25 milímetros. Un factor de aumento de 10 significa que un ave que se encuentra a 25 metros de distancia se aprecia como si estuviese a solo 2,5.

Para espacios estrechos, como jardines poblados de árboles y arbustos, sirve un factor de aumento de 8, mientras que en campo abierto o en entornos acuáticos se recomienda uno más alto, de 10 o 12. Sin embargo, en este último caso, antes de realizar la compra asegúrese de que es capaz de sujetar unos prismáticos de 12x sin vibraciones.

¿Qué significan las cifras que aparecen escritas sobre los binoculares?

¿Qué libro de referencia debería comprar?

Hay muchos libros de referencia sobre aves, entre ellos, guías de campo. El libro adecuado, una vez más, dependerá de dónde vaya a realizar sus observaciones. ¿Se va a limitar a su entorno cercano o necesita una guía que también incluya la región en la que pasa las vacaciones? Existen libros de referencia que solamente incluyen las aves del centro de Europa. Aquellos que abordan todo el continente y, por lo tanto, la fauna de regiones en Oriente Próximo y el norte de África, incluyen muchas especies de pájaros que prácticamente brillan por su ausencia en la Europa continental y que solo conseguirían confundir al ornitólogo novel.

No obstante, las aves son animales viajeros y muchas veces, sobre todo durante sus migraciones, se pueden avistar en lugares inesperados. Hay que tener en cuenta que algunas especies de aves se parecen mucho entre sí. En ocasiones, estas obras solo incluyen imágenes de determinado número de pájaros, así que a veces es difícil saber si el que estamos viendo a través de los binoculares es de una especie u otra.

Hay guías que incluyen ambos sexos e incluso, dado el caso, el primer plumaje y los cambios estacionales que se producen en la apariencia de las aves. Al principio no hay que dejarse abrumar por el vasto número de especies que abordan estos libros. Se incluyen pequeños mapas de las regiones en las que viven y que nos ayudan a descartar las que no nos interesan desde el principio. Así que si cree haber descubierto un verderón en plena llanura europea, debería realizar un ejercicio de autocrítica y plantearse la posibilidad de que quizás esté observando realmente un escribano, algo que sería bastante más probable.

¿Cuáles son los mejores lugares para observar aves?

En principio, todos. A veces, en plena zona urbanizada podemos ver y oír una gran cantidad de especies, y es que muchos pájaros han aprendido a sacar provecho de las oportunidades que les brinda la vida cerca de los hombres. Por ejemplo, el colirrojo tizón, que antiguamente solo vivía en zonas montañosas altas, anida sobre los tejados de nuestras ciudades.

Mirlos, herrerillos, verderones, tórtolas turcas o los vencejos son otros ejemplos de aves urbanas. Los cernícalos comunes anidan en las torres de las iglesias y otros edificios altos a los que tienen acceso; hasta el esquivo halcón peregrino puede anidar en casas altas o iglesias. Allí vive cómodamente de las abundantes y fácilmente accesibles palomas callejeras; el bullicio y el ruido del tráfico quedan tan abajo, que no les molestan ni a ellos ni a sus crías.

¿En qué hábitats debo buscar?

Esta pregunta generalmente no tiene respuesta. Con el tiempo, cada ornitólogo acaba desarrollando sus propias preferencias. Puede ser muy gratificante buscar un lugar de observación cercano a nuestra casa y visitarlo a diario para ver qué ha cambiado respecto al día anterior. Las poblaciones de aves cambian muy rápido, especialmente durante las épocas migratorias. No son pocas las aves, entre ellas muchas cantoras, que migran de noche, por lo que no es descabellado que una mañana un prado poblado de setos y árboles amanezca lleno de pequeños pájaros, cuando la tarde del día anterior apenas se podía encontrar un puñado de ellos.

En un aburrido campo de cultivo, donde las palomas buscan mazorcas de maíz que han caído al suelo, entre palomas comunes y turcas pude encontrar alguna zurita. Los combatientes migratorios suelen descansar en campos secos; si tiene mucha suerte, entre ellos también podrá encontrar algún chorlito carambolo o, en invierno, algún esmerejón (un pequeño halcón que va tras los gorriones molineros y los escribanos cerillos). Los pájaros más viajeros siempre son motivo de gratas sorpresas.

¿Para qué necesito un catalejo?

¿Para qué necesito un catalejo?

Los catalejos son telescopios monoculares con factores de aumento de entre 20 y 80, siempre en función del ocular que se use. Son imprescindibles para ver a grandes distancias o para observar aves a lo largo de grandes terrenos abiertos. Quizás el uso más conocido que se les atribuye es la observación sobre grandes masas de agua. Los catalejos son ideales para observar objetos que se desplazan lentamente, como patos, gansos, buceadores, gaviotas, cormoranes y demás aves marinas. Dado que su factor de aumento es tan grande, el campo visual es muy pequeño, lo que brinda la oportunidad de captar los detalles más insignificantes, aquellos que pasan desapercibidos con unos binoculares, como el tamaño de la mancha blanca en la décima pluma de vuelo exterior de una gaviota grande que nada a 400 o 500 metros de distancia, o si se trata de una gaviota patiamarilla o de una gaviota del Caspio. Si saca una pata del agua para acicalarse, quizá podría llegar a ver si es de color amarillo claro o intenso. ¿Tiene la cabeza totalmente blanca o presenta una franja oscura? Las ópticas modernas con lentes tratadas (recubiertas) le permitirán resolver determinados problemas de identificación que antes quedaban a la imaginación.

Lo bonito de la observación con catalejos es que no se molesta a los pájaros, porque se puede permanecer a una gran distancia. Observar aves rapaces tan esquivas como águilas marinas, águilas reales o halcones peregrinos en el bosque sería una irresponsabilidad si uno se equipa con unos meros prismáticos convencionales. Pero si puede salvar una mayor distancia (de más de 1000 m), no se les molesta en ningún momento y se puede incluso estudiar la vida familiar de estas grandes aves tan interesantes al observar sus idas y venidas del nido con toda suerte de detalles.

¿Cuánto cuesta un catalejo bueno?

El principio que se aplica a este respecto es el mismo que a cualquier otro aparato de alto rendimiento: si se busca la máxima calidad no hay que tener miedo a hacer una buena inversión en un catalejo de marca de alta gama, por ejemplo, en un ZEISS o Swarovski. Estos aparatos cuestan entre 1500 y muy por encima de los 2000 euros, pero duran toda una vida. Si el catalejo se va a usar al aire libre, bajo condiciones climatológicas muy cambiantes, entonces hay que saber en qué aspectos concretos es mejor no escatimar.

En el caso de los principiantes que aún no saben si su nuevo interés por la observación de aves acabará por convertirse en una afición de por vida, basta con un aparato de calidad media que ofrezca unos excelentes resultados en las observaciones diurnas con buena luz y una calidad de imagen entre aceptable y buena si el cielo está nublado. Puede encontrar catalejos de estas características por entre 200 y 500 euros.

Lo que resulta decisivo a la hora de comprar su catalejo es saber cómo, cuándo y con qué frecuencia va a usarlo. Tal vez una buena comparación sea la compra de un coche: un comercial que al año hace 100 000 km seguramente, y por motivos obvios, invertirá en su coche más que alguien que solo lo coge de vez en cuando y cuya elección, aunque opte por un coche de calidad técnicamente maduro y fiable, probablemente no coincida con la de un modelo para conductores de largos recorridos.

¿Qué debo tener en cuenta a la hora de comprar un catalejo?

¿Qué debo tener en cuenta a la hora de comprar un catalejo?

Uno de los principales criterios a estudiar antes de comprar un catalejo es su luminosidad. El principal indicador de la capacidad lumínica de un aparato es, en primer lugar, el diámetro del objetivo, es decir, la segunda cifra de la indicación. Si va a usar el catalejo de manera itinerante, bajo condiciones lumínicas cambiantes, asegúrese de elegir uno con objetivo de al menos 80 mm de diámetro. Cuanto más grande sea la lente del objetivo, más luz entrará al interior del tubo.

Sin embargo, la luminosidad también depende de la calidad del vidrio y de su tratamiento, pero, sobre todo, del factor de aumento elegido. Los aumentos más grandes se saldan con luz, es decir, que la imagen que obtendrá será más oscura cuanto más alto sea el factor de aumento que emplee.

¿Solo puedo usar mi catalejo en entornos acuáticos?

No. Si bien las grandes superficies acuáticas son el "clásico" lugar de observación, porque durante las épocas de migración y el invierno por ellas se puede ver a muchas aves acuáticas moviéndose lentamente. Los catalejos son un instrumento especialmente indicado cuando no se puede o quiere observar las aves de cerca (por ejemplo, por motivos de seguridad).

Por ejemplo, para buscar águilas reales y pájaros arañeros en una extensa pared de roca es mejor usar un catalejo potente, que garantizará una experiencia más satisfactoria y exitosa que algunos binoculares normales.

Es increíble como los pájaros se mimetizan con su hábitat. Ni siquiera el colorido pájaro arañero constituye una excepción. Pese a que este pájaro pasa mucho tiempo buscando insectos y arañas en las grietas y cavidades de la roca, es muy difícil encontrarlo hasta que no extiende momentáneamente sus alas y nos enseña el color rojo intenso de su plumaje. Si bien con unos binoculares estos momentos "clave" pasarían inadvertidos, el catalejo nos permite observar al pájaro alimentándose tranquilamente durante más tiempo. Generalmente, los arañeros van buscando por las paredes de roca desde abajo hacia arriba para, después, volar hasta otro punto inferior y retomar su búsqueda subiendo por la pared. Estas aves, que parecen grandes mariposas, disfrutan cerca de fuentes de agua murmurantes.

Quien no se conforme con identificar y echar un breve vistazo a las aves, sino que prefiera observarlas con detenimiento en hábitats abiertos o parcialmente abiertos (como terrenos de cultivo, extensiones verdes o incluso desde puntos elevados) siempre estará mejor equipado con un catalejo que con unos binoculares.

¿Cómo encuentro e identifico aves en el bosque?

¿Cómo encuentro e identifico aves en el bosque?

En primavera y verano la observación e identificación de aves en bosques supone todo un reto: los árboles y arbustos están frondosos y solo brindan unos pocos metros de pista libre hasta la siguiente "pared verde". Pese a estar por todas partes, las aves son muy esquivas. Por eso siempre se debe aplicar la siguiente máxima: cuando no se ve nada, hay que escuchar. Todas las especies de aves tienen un canto característico y exclusivo que en la gran mayoría de los casos aseguran una identificación certera. Aprender e identificar el canto de los pájaros es, por lo tanto, más que recomendable. Es mejor empezar por especies que ya conocemos, por ejemplo, mirlos, carboneros o pinzones. Al principio resulta muy útil concentrarse en un individuo que está a la vista y cuyo canto se puede vincular claramente a su aspecto. El sonoro y bello canto de pinzón es tan pegadizo que no cuesta demasiado tiempo memorizarlo. A medida que nos vamos desplazando por el bosque su canto nos permite estimar en qué zona termina aproximadamente un territorio y en cual empieza el siguiente, lo cual nos ayuda a saber cuán grande es la población de aves de dicha región boscosa.

Este mismo método se puede aplicar sucesivamente con el resto de especies. Durante la primavera, sobre todo al alba, cuando la mayoría de las especies de pájaros cantan sin parar, este ejercicio es relativamente sencillo.

No tienen que sonar particularmente musicales para poder distinguirlos. Muchos cantos están estructurados en estrofas, como el del zorzal común que, además, repite sus motivos individuales varias veces. Otros son tan sencillos que se pueden identificar acústicamente al momento una vez que se sabe a quién pertenecen. Un buen ejemplo es el del mosquitero común, que durante los meses de marzo, abril y mayo canta sin parar su característico "zilpzalpzilpzilpzalpzilp..." a menudo entrelazado con un "trrrt". Sin embargo, describir el canto de un pájaro con palabras no siempre es tan fácil como en el ejemplo anterior... Por eso se recomienda encontrar nuestros propios adjetivos para designar las tonalidades, volúmenes y características de cada sonido. El canto de los pájaros puede ser melódico, tenue, intenso, enérgico, estridente, reivindicativo o duro. Puede dividirse en estrofas, ser descendentes, ascendentes o simplemente muy complejos. Muchas aves de bosque emiten un sonido previo muy bajo, que solamente se puede percibir de cerca, antes de iniciar el canto definitivo (así lo hace la curruca, por ejemplo).

A medida que vaya creciendo su registro de cantos, irá resultando cada vez más fácil concentrarse en aquellos que todavía no conoce para estudiarlos.

¿Los pájaros cantan siempre?

No, solamente en la época de apareamiento, generalmente en primavera y principios de verano. Entonces ocupan un territorio propio que protegen con su canto contra otros miembros de su misma especie. Algunos pájaros también cantan en los días más soleados del otoño, pero generalmente a menos volumen y más retraídos. Los pájaros de ciudad (como los mirlos o los carboneros) incluso cantan en los días más benévolos del invierno.

Los cantos que se escuchan durante el resto del año se denominan llamadas. No guardan relación con la época de apareamiento y pueden cumplir diferentes funciones (por ejemplo, de advertencia, contacto o petición). Es importante aprender la llamada de las aves, que puede sonar completamente distinta a su canto. A quien una noche oye por primera vez el suave "zipp" de un zorzal común en plena migración le costará creer que se trata del mismo pájaro que en primavera entona un sonoro y silbante canto desde la copa de algún árbol.

¿Por qué hay tantos observadores de aves que, además de catalejo, también usan binoculares? ¿No basta solo con uno?

¿Por qué hay tantos observadores de aves que, además de catalejo, también usan binoculares? ¿No basta solo con uno?

No, la finalidad de los catalejos es distinta a la de los binoculares. Por eso, los observadores más ambiciosos se equipan con ambos. Los binoculares ofrecen un campo visual relativamente grande, que es perfecto para otear el entorno o, por ejemplo, explorar los lindes del bosque o una masa de agua para ver si hay aves interesantes. También sirven para orientarse por el espacio. Si las distancias son cortas o uno se encuentra en un entorno cerrado (un bosque, un matorral), basta con usar los binoculares.

Pero si descubrimos un objeto interesante, sobre todo si se encuentra en un paisaje despejado, posiblemente merezca más la pena aprovechar los aumentos del catalejo para poder verlo más de cerca y en detalle.

Como es natural, el observador también puede usar su catalejo para observar aves en movimiento, aunque, dado el reducido tamaño del campo visual, para ello se requiere cierta destreza. No es tan fácil mantener centrado a un pájaro que echa a volar de repente, porque el catalejo oscila de un lado a otro. Sin embargo, las probabilidades de encontrar un ave por el cielo o planeando mejoran cuanto más se practica porque con el tiempo más nos familiarizamos con el manejo de la mecánica y lo automatizamos, al igual que ocurre al conducir un coche: los novatos necesitan mirar la palanca de cambios para meter la marcha correcta, mientras que el conductor experimentado lo hace de manera automática.

¿Cuáles son los hábitats acuáticos y boscosos más interesantes?

Todos los hábitats son potencialmente interesantes, hasta un simple campo de cultivo. Los pájaros viajan constantemente y para muchas especies durante sus migraciones, lo que para nosotros es un desierto deshabitado, para ellas es una extensión abierta libre de molestias (a excepción de los fines de semana, cuando por allí pueden aparecer muchos excursionistas). Alondras, grajos, cornejas, palomas zuritas, torcaces, tórtolas y palomas domésticas, avefrías, collalbas grises, tarabillas: estas son solo algunas especies de aves que se pueden avistar en los campos durante determinadas épocas del año.

Por norma general, cuanto menos trabajada está la tierra, menor es la presencia del hombre y, por lo tanto, más interesante resulta para las aves. Esto no incluye medidas de conservación de biotopos que, de hecho, se adoptan para conseguir que los hábitats resulten más atractivos para las aves, otros animales y plantas.

¿Cuáles son los hábitats acuáticos y boscosos más interesantes?

En las grandes extensiones de cultivo busque zonas "salvajes", como arbustos, árboles, senderos sin asfaltar, espacios sin explotar con vegetación ruderal (cardos, hierbas silvestres, pastos, etc.), taludes que solo se siegan un par de veces al año, cúmulos de materiales, pequeñas hendiduras en la tierra, charcas, arroyos con orillas elevadas, porque las aves utilizan estos lugares "sin cuidar" para buscar alimentos, resguardarse y reproducirse.

Para el carricero, que nos deleita desde finales de abril a lo largo de todo el verano con su rítmico canto, basta un par de metros de juncos para construir su nido. Los escribanos cerillos (palustres en lugares más húmedos) ponen sus nidos de suelo en taludes y los lados de los caminos si son mínimamente naturales y tranquilos. También merece la pena echar un segundo vistazo a cualquier estructura del paisaje que contraste con el paisaje normal, que es el que se explota más intensivamente.

Quédese un rato a cierta distancia de uno de esos lugares y observe qué ocurre: pequeños pájaros, que en un principio estaban ocultos, vuelven a salir de su escondite cuando se dan cuenta de que ya no les amenaza ningún peligro inminente. Un gorrión molinero pone sus huevos en una pequeña caseta para pájaros que alguien ha colocado en un árbol. Una lavandera blanca entra y sale de un viejo granero, donde seguramente haya construido su nido en algún hueco. Un alcaudón dorsirrojo aparece en unas zarzas, desde donde aguarda la aparición de grandes insectos y ratones. Con paciencia y una buena óptica podrá ser testigo de interesantes acontecimientos en la vida salvaje de su entorno.