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Práctica

Rima y Rupes Cauchy, dos mejor que uno

Cuatro días tras la Luna nueva se descubre una espléndida forma simétrica en el Mar de la Tranquilidad.

Rima y Rupes Cauchy están en la parte oriental del Mare Tranquillitatis. NASA/GSFC/Universidad Estatal de Arizona Rima y Rupes Cauchy están en la parte oriental del Mare Tranquillitatis. NASA/GSFC/Universidad Estatal de Arizona

Cuando la Luna tiene cuatro días desde su fase nueva, la zona del Mare Tranquillitatis nos brinda una atracción poco común; de hecho, ¡es un dos por uno! Se trata de Rima Cauchy (grieta de Cauchy) y Rupes Cauchy (falla de Cauchy).

El marco perfecto

A unos 50 km al sur de Rupes Cauchy encontramos los domos Cauchy Omega y Cauchy Tau. NASA/GSFC/Universidad Estatal de Arizona A unos 50 km al sur de Rupes Cauchy encontramos los domos Cauchy Omega y Cauchy Tau. NASA/GSFC/Universidad Estatal de Arizona

El punto de partida de esta excursión lunar es el cráter Cauchy, un ejemplar típico de su clase con una pared intacta y perfectamente delimitada. Este cráter de tan solo 12 km es fácil de encontrar en la parte oriental de la llanura del Mar de la Tranquilidad. Está enmarcado entre dos interesantes formaciones al norte y al sur: se trata de la extensa grieta Rima Cauchy, de unos 140 km de longitud, y Rupes Cauchy, una línea de fractura de otros 140 km de largo. Cerca del terminador, ambas se pueden observar correctamente incluso con telescopios de pequeña apertura.

Nos regalan una imagen realmente soberbia, ya que dibujan dos líneas finas casi simétricas ligeramente curvadas hacia el cráter Cauchy. A la salida del Sol, la pendiente de Rupes Cauchy queda bañada por las sombras y, a la puesta, por la luz.

Desafío volcánico

Cuando el Sol alcanza una posición plana, es un buen momento para intentar observar dos objetivos un tanto desafiantes: los domos Cauchy Omega y Cauchy Tau. Ambos volcanes en escudo se elevan planos menos de 200 m, por lo que solo se pueden apreciar tridimensionalmente cerca del terminador. Pero hay otro desafío aún mayor, con un bello nombre: Donna. Es un pequeño cráter de tan solo 2 km situado en la cima del domo Cauchy Omega. La clave del éxito en su observación es que las condiciones de visibilidad sean perfectas y se utilice un telescopio con muy buenas prestaciones ópticas, porque hay que usar altos aumentos.

Visibilidad óptima 4 o 17 días tras la Luna nueva

Autor: Lambert Spix / Licencia: Oculum-Verlag GmbH