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Práctica

El Asa dorada de la Luna

Se trata de uno de los espectáculos de luz más bellos que ofrece la Luna. Los Montes Jura se elevan en la cara no visible de la Luna.

El asa dorada aparece como un pequeño arco brillante que penetra en la cara oculta de la Luna. Rolf Hempel El asa dorada aparece como un pequeño arco brillante que penetra en la cara oculta de la Luna. Rolf Hempel

La iluminación plana cerca del terminador da lugar a numerosos juegos de sombras y luces en la Luna, Probablemente uno de los ejemplos más bellos de estos efectos claro-oscuro sea la denominada Asa dorada. Los picos de los Montes Jura que se alzan de entre las sombras se iluminan durante varias horas. Al mismo tiempo, la pequeña llanura de Sinus Iridum (Bahía del Arco Iris) sigue a oscuras, al menos en parte.

Arco luminoso en la cara oculta

Los picos de los Montes Jura que se alzan de entre las sombras se iluminan durante varias horas. Rolf Hempel Los picos de los Montes Jura que se alzan de entre las sombras se iluminan durante varias horas. Rolf Hempel

Así, desde la Tierra se puede ver un pequeño arco luminoso que penetra en la cara oculta no iluminada de la Luna. En la literatura astronómica anglosajona, el espectáculo se conoce como "efecto del asa enjoyada", término que seguramente acuñó el escritor y astrónomo inglés Sir Patrick Moore, que lleva desde los años 70 describiendo este fenómeno en sus libros. El Asa dorada se ha convertido en un objetivo de observación muy popular y conocido y en Internet se pueden encontrar las fechas para verlo.

En principio, el fenómeno se produce una vez al mes en el transcurso de una lunación, concretamente 24 horas después de la salida del Sol sobre Copérnico. Sin embargo, el Asa dorada no siempre es visible, ya que la Luna puede encontrarse por debajo del horizonte o aún en el cielo diurno.

¿A simple vista?

El asa es claramente visible con algunos binoculares pequeños. Con el telescopio, se recomienda empezar a bajos aumentos para obtener una visión de conjunto e ir probando con aumentos más altos para observar en detalle los picos iluminados de las montañas.

Los observadores más agudos pueden intentar avistar el Asa dorada sin instrumento. El mejor momento para hacerlo es cuando la Luna está alta en un cielo que aún no ha terminado de oscurecerse, por ejemplo, al anochecer. El asa está en un ángulo de unos 60º y a simple vista debería apreciarse como una pequeña protuberancia que discurre desde el terminador hacia la cara oculta de la Luna.

Visibilidad óptima 10 o 23 días tras la Luna nueva

Autor: Lampert Spix / Licencia: Oculum-Verlag GmbH