Ópticas Ritchey-Chretien: ¡los telescopios soñados por cualquier astrofotógrafo!
De todas las variantes del telescopio de espejo Cassegrain, la variante Ritchey-Chretien es la que presenta el mayor grado de corrección. Un telescopio Ritchey-Chretien no solo no presenta aberraciones esféricas debido a su diseño, sino que tampoco presenta coma. En la práctica, esto significa que las estrellas no solo se ven nítidas en el centro de la imagen, sino también en todo el campo de visión. Dado que tampoco se necesita un corrector de coma posterior, no se produce ninguna aberración cromática, es decir, el error de color típico de las lentes.
En los telescopios RC, el espejo primario está fijo y el enfoque se realiza mediante el enfocador. En los telescopios SC, el espejo está montado de forma móvil para poder enfocar, lo que puede provocar desplazamientos de la imagen («image shifting»).
El hecho de que el Ritchey-Chretien sea el sistema de espejos con mayor corrección ha llevado a que casi todos los grandes telescopios de investigación del mundo sean telescopios RC. Sin embargo, la ventaja de la alta calidad de la imagen se consigue mediante un proceso de fabricación muy complejo para el espejo principal hiperbólico y los espejos secundarios, por lo que, hasta hace poco, los telescopios RC eran un sueño imposible incluso para los astrónomos aficionados más adinerados. Sin embargo, ahora los telescopios Ritchey-Chretien están disponibles en el mismo rango de precios que los sistemas Cassegrain más sencillos.
Este telescopio RC está optimizado especialmente para la astrofotografía: un gran espejo secundario proporciona la iluminación necesaria del campo de imagen, incluso para cámaras de formato completo. La combinación de un sustrato de soporte de espejo de cuarzo con temperatura estable («low thermal expansion glass») y un revestimiento altamente reflectante garantiza imágenes brillantes y una gran precisión de ajuste.
La estructura tubular de fibra de carbono es extremadamente estable térmicamente y, sin embargo, ligera. Gracias a su diseño abierto, la óptica se enfría más rápidamente y no se forman células de calor en el tubo («tubus seeing»).
La colimación se mantiene en cualquier posición. De ello se encarga la disposición especial de las barras de carbono, en la que dos se encuentran una frente a otra. Las barras del tubo están unidas mediante cojinetes de acero inoxidable con tres placas de aluminio fresadas con CNC.
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