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Un telescopio es un receptor de luz que acumula todos los rayos captados para generar una imagen. En los telescopios newtonianos el espejo secundario desvía la luz lateralmente hacia el portaocular porque, de lo contrario, no podríamos ver nada. Sin embargo, hay otros diseños en los que el espejo secundario obstruye el telescopio.
Cómo afecta el espejo secundario a la luz...
El espejo secundario provoca una obstrucción en el sistema óptico, reduciendo así sus prestaciones en lo que al contraste y la apertura efectiva respecta. Este componente se encuentra situado en la trayectoria de los rayos de luz dentro del telescopio y proyecta una sombra, que se conoce como obstrucción. Básicamente ocurre en todos los telescopios de espejos, a excepción de los Schiefspiegler o de espejo oblicuo. Los únicos telescopios con una obstrucción del 0 % son los refractores, ya que no tienen ningún componente en el camino de la luz.
El resultado es que la imagen se ve difuminada por la presencia de una obstrucción, lo que se traduce en una pérdida de contraste. Cuanto más grande sea el espejo secundario, mayor será la obstrucción.
Para calcular el contraste o, mejor dicho, la pérdida de contraste de un telescopio, basta con restar el diámetro del espejo secundario al diámetro del espejo principal. Así se obtiene la apertura efectiva sin obstrucción del telescopio.