Trípode
En el mercado hay trípodes para todo. La clave reside en elegir el producto adecuado al uso que se le vaya a dar.
¿Alguna vez ha mirado por el telescopio y se ha preguntado por qué la imagen no deja de temblar y moverse? La causa seguramente sea que el trípode no es lo suficientemente robusto.
El trípode es un componente a menudo infravalorado del equipo de un telescopio. Si no es lo suficientemente estable, todo el equipo vibrará, incluso con la mejor montura. Un trípode correctamente dimensionado mejora el rendimiento del telescopio y asegura un mayor disfrute durante las observaciones.
Pero no solamente es importante para el correcto funcionamiento de un telescopio. También permite hacer y disfrutar de la observación astronómica con binoculares. A partir de un factor de aumento de 10 la mayoría de los observadores ya no puede manejar el instrumento a mano y necesita un trípode para obtener una imagen estable en la que poder apreciar más detalles.
Con binoculares basta un trípode fotográfico
Todos sabemos lo que es un trípode fotográfico: ningún fotógrafo, principiante o profesional, puede trabajar sin uno. Los trípodes fotográficos son ligeros y fáciles de transportar, incluso en la mochila. Se trata de trípodes ideales para realizar observaciones con binoculares o catalejos. Con un cabezal inclinado o esférico a modo de montura acimutal permiten encontrar rápidamente cualquier objeto celeste.
Por desgracia, esta solución tan pragmática no sirve para telescopios, ya que el peso combinado de la óptica y la montura supera la capacidad de carga de los trípodes fotográficos. Los telescopios necesitan otro tipo de trípodes, los astronómicos, que son más estables, aunque también más pesados y, por lo tanto, no aptos para transportar en la mochila o en la bici. La mayoría de los fabricantes venden sus propios trípodes para sus propios telescopios, ya preparados para alojar la montura.
Qué prestaciones ofrece el trípode
En primer lugar, el trípode debe poder soportar su propio peso de forma segura, en otras palabras, debe ser estable. Ser estable es más que "no caerse": además de la capacidad de carga, la absorción de vibraciones también es fundamental. Con su gran factor de aumento, los telescopios magnifican cualquier temblor, por pequeño que sea. Tras recibir un golpe por error o una ráfaga de viento, el telescopio debe detener rápidamente las vibraciones porque, de lo contrario, se acabó la diversión para el observador (y no digamos nada del astrofotógrafo). El trípode, la montura y la óptica deben conformar un sistema en perfecta armonía.
La mayoría de los trípodes tienen patas extensibles que permiten adaptar la altura para compensar cualquier irregularidad en el terreno. Además, los trípodes deben estar nivelados para que la montura pueda hacer su trabajo. La altura óptima para el manejo de diferentes telescopios, por ejemplo, de un refractor acromático y de un Schmidt-Cassegrain, puede ser diferente. También en este caso se aplica el mismo principio: trípode y telescopio deben fundirse en uno.
Otro aspecto a tener en cuenta es el de transporte: ¿cuán fáciles son el montaje y el manejo del trípode? ¿Lo va a usar en casa o suele salir fuera en busca del cielo oscuro perfecto? ¿Cómo va a transportar su equipo hasta el lugar de observación? ¿Cuánto tiempo se necesita para montar el trípode?
La base sobre la que se instala es fundamental. Por ejemplo, ningún trípode logrará ofrecer una imagen estable sobre una barandilla de madera. Coloque el telescopio directamente sobre una base estable y sólida y asegúrese de que se sujeta correctamente. Algunos trípodes llevan puntas metálicas para garantizar el acople robusto con el suelo.
La excepción de los Dobson
La montura Dobson, denominada así en honor a su inventor, John Dobson, astrónomo aficionado y misionero americano, supone un caso especial. En los telescopios Dobson (que, al fin y al cabo, no son más que un reflector Newton sobre una montura acimutal) trípode y montura son sustituidos por un "balancín" de madera. El cajón, que se desliza sobre rodamientos de teflón, es tan estable que puede soportar incluso los telescopios más pesados sin vibraciones y se desliza con tanta suavidad que permite hacer seguimiento de la rotación de la Tierra manualmente.
La base adecuada
Algunos telescopios para principiantes van acompañados de trípodes muy "endebles", en los que se nota el ahorro en los costes. Sin embargo, el trípode es la base del telescopio y, por ello, condiciona la experiencia de observación. Esto es algo a tener en cuenta y, si se puede, siempre es recomendable invertir en uno de mayor calidad.
En el mercado hay una amplia selección de trípodes para todo tipo de usos. Los hay de mesa, de viaje, clásicos de madera, extraligeros de carbono y superestables de acero. La clave reside en elegir el producto adecuado a la óptica, a la montura y al uso que se le vaya a dar. En nuestra sala de exposiciones podrá sacar una foto y examinar diferentes trípodes antes de la compra. Pero si está demasiado lejos, nuestros asesores, que practican la astronomía personalmente, estarán encantados de atenderle telefónicamente o por correo electrónico.