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Cuando vamos de viaje nunca deberíamos olvidar meter unos prismáticos compactos en la maleta. Son perfectos para empaparse mejor de los detalles en monumentos arquitectónicos o en frescos artísticos. Sin embargo, por muy buenos que sean, unos binoculares no sirven de mucho si pesan tanto que al final siempre acaban quedándose en casa, sobre todo cuando vamos a pasar el día recorriendo ciudades o caminando en plena naturaleza.
Incluso en los eventos deportivos suelen resultar de lo más convenientes. Gracias a la televisión, todos conocemos la importancia de ver de cerca para poder dilucidar momentos decisivos del juego. Como el ojo humano no puede ampliar la imagen, unos binoculares de pequeño formato le ayudarán a saber si el árbitro ha tomado la decisión adecuada.
Además, unos prismáticos ligeros pueden ser un accesorio muy útil incluso cuando nosotros mismos practicamos deporte, ya se trate de senderismo, ciclismo o piragüismo. ¡Disfrutará de la naturaleza más de cerca!
¿Qué requisitos deben cumplir los binoculares para viaje y deporte?
Se considera que unos binoculares son "muy buenos" cuando cumplen estos requisitos:
- Factor de aumento: máx. 10x
- Peso: máx. 500 g
Para ser "buenos", los binoculares deberán alcanzar estos valores:
- Factor de aumento: máx. 12x
- Peso: máx. 700 g
Para conseguir una nota "media" bastará con esto:
- Factor de aumento: máx. 12x
- Peso: máx. 1000 g
Aquellos binoculares cuyo peso exceda los 1000 gramos o cuyo factor de aumento sea de más de 12x serán catalogados como "no recomendables" para viajes y deporte.