Los filtros solares solo dejan pasar un 1/1000 por ciento de la luz solar. El resto se refleja, por eso parecen espejos. No deja entrar la fuerte energía del sol en el telescopio, evitando así posibles daños a la óptica. El interior del telescopio tampoco se calienta, lo que mejora la calidad de la imagen.
Los dispositivos que se encuentran cercanos al foco de un elemento óptico solo funcionan con un filtro solar para objetivo (es el caso de los Newton, Maksutov, Schmidt-Cassegrain, refractores con elementos de corrección, etc.). El sol mantiene a través del filtro su color blanquecino natural. Son ideales para realizar observaciones y fotografías con cámaras CCD.
Todos los filtros de cristal están enmarcados en un anillo de aluminio. La parte interior del marco de aluminio está recubierta por un material de fieltro, lo que posibilita un montaje seguro del filtro al telescopio sin rayarlo.