Catalejos

Los catalejos son unos telescopios compactos con un enorme factor de aumento para la observación a grandes distancias. ¿Qué debemos saber sobre ellos?

Un telescopio con un factor de aumento alto. Se utiliza para la observación a largas distancias y para la captación de detalles a distancias intermedias (p. ej. para la observación de los discos para tiro deportivo o para encontrar a la presa en caza).

Los catalejos son tubos monoculares con aumentos que van desde un factor x20 hasta x80, dependiendo del ocular que se use. Son imprescindibles para ver a grandes distancias o para observar la naturaleza a lo largo de grandes terrenos abiertos. Quizás el uso más conocido que se les atribuye es la observación de grandes masas de agua. Los catalejos son ideales para observar objetos que se desplazan lentamente, como patos, gansos, buceadores, gaviotas, cormoranes y demás aves marinas. Dado que su factor de aumento es tan grande, el campo visual es muy pequeño.

Esto brinda la oportunidad de captar los detalles más pequeños, aquellos que pasan desapercibidos con unos binoculares, como el tamaño de la mancha blanca en la décima pluma de vuelo exterior de una gaviota grande que nada a 400 o 500 metros de distancia, o si se trata de una gaviota patiamarilla o de una gaviota del Caspio. Si saca una pata del agua para acicalarse, quizá podría llegar a ver si es de color amarillo claro o intenso. ¿Tiene la cabeza totalmente blanca o presenta una franja oscura? Las ópticas modernas con lentes tratadas (recubiertas) le permitirán resolver determinados problemas de identificación que antes quedaban a la imaginación.

Lo bonito de la observación con catalejos es que no se molesta a los animales, porque se puede permanecer a una gran distancia. Observar a aves rapaces tan esquivas como águilas marinas, águilas reales o halcones peregrinos en el bosque sería una irresponsabilidad si uno se equipa con unos meros prismáticos convencionales. Pero si puede salvar una mayor distancia (de más de 1000 m), no se les molesta en ningún momento y se puede incluso estudiar la vida familiar de estas grandes aves tan interesantes al observar sus idas y venidas del nido con toda suerte de detalles.

Por norma general, los catalejos presentan dos cifras a modo de referencia, por ejemplo, "40x62" o "15x50". El primer valor se refiere al factor de aumento y el segundo, al diámetro del objetivo en milímetros. Así, un catalejo con la indicación "40x62" tendrá unos aumentos de x40 y su objetivo (la apertura de salida del aparato) presentará un diámetro de 62 milímetros. Un factor de aumento de 40 significa que un ave que se encuentra a 40 metros de distancia se aprecia como si estuviese a solo un metro.

¿Cuáles son los factores de aumento más habituales en los catalejos?

• Normalmente, si el factor de aumento es fijo suele ser de 30 y, si es variable, el rango oscila entre 15 y 60.
• En este caso se puede usar un factor de aumento bajo para encontrar el objeto más fácilmente y después cambiar a otro más alto para apreciar los detalles.

Uno de los principales criterios a estudiar antes de comprar un catalejo es su luminosidad. El principal indicador de la capacidad lumínica de un aparato es, en primer lugar, el diámetro del objetivo, es decir, la segunda cifra de la indicación. Si va a usar el catalejo de manera itinerante, bajo condiciones lumínicas cambiantes, asegúrese de elegir uno con objetivo de al menos 80 mm de diámetro. Cuanto más grande sea la lente del objetivo, más luz entrará al interior del tubo.

Sin embargo, la luminosidad también depende de la calidad del vidrio y de su tratamiento, pero, sobre todo, del factor de aumento elegido. Los aumentos más grandes se saldan con luz, es decir, que la imagen que obtendrá será más oscura cuanto más alto sea el factor de aumento que emplee.

El principio que se aplica a este respecto es el mismo que a cualquier otro aparato de alto rendimiento: si se busca la máxima calidad no hay que tener miedo a hacer una buena inversión en un catalejo de marca de alta gama, por ejemplo, en un ZEISS o Swarovski. Estos aparatos cuestan entre 1500 y muy por encima de los 2000 euros, pero duran toda una vida. Si el catalejo se va a usar al aire libre, bajo condiciones climatológicas muy cambiantes, entonces hay que saber en qué aspectos concretos es mejor no escatimar.

En el caso de los principiantes que aún no saben si su nuevo interés por la observación de aves acabará por convertirse en una afición de por vida, basta con un aparato de calidad media que ofrezca unos excelentes resultados en las observaciones diurnas con buena luz y una calidad de imagen entre aceptable y buena si el cielo está nublado. Puede encontrar catalejos de estas características por entre 200 y 500 euros.

Lo que resulta decisivo a la hora de comprar su catalejo es saber cómo, cuándo y con qué frecuencia va a usarlo. Tal vez una buena comparación sea la compra de un coche: un comercial que al año hace 100 000 km seguramente, y por motivos obvios, invertirá en su coche más que alguien que solo lo coge de vez en cuando y cuya elección, aunque opte por un coche de calidad técnicamente maduro y fiable, probablemente no coincida con la de un modelo para conductores de largos recorridos.

La mayoría de las personas son capaces de sujetar unos binoculares con aumentos de factor 10 o 12 a pulso sin vibraciones ni temblores. Pero, dado su enorme factor de aumento, con los catalejos la historia es muy distinta. En este caso se necesita obligatoriamente un trípode que permita instalar el catalejo de manera que se pueda mover en todas las direcciones. No importa si utiliza un soporte de cabezal inclinable giratorio o un cabezal esférico técnicamente más complejo. Puede probar ambos y decantarse por el sistema que más le convenza.

Como es de esperar, ambos ofrecen la posibilidad de bloquear el catalejo en una posición determinada, lo que resulta muy práctico para poder concentrarse en un pájaro de su interés durante un rato más largo o para mostrárselo a otro observador: "Mira a través de mi catalejo, ¡te lo he bloqueado en el somormujo!". Normalmente basta con un movimiento de la mano para desenclavar el catalejo y poder volver a girar e inclinarlo si, por ejemplo, el pájaro observado alza el vuelo de repente o simplemente "desaparece". Hay buenos trípodes de metal por precios a partir de los 50 euros, y cabezales esféricos o inclinables por entre 30 y 50 euros.

Otro factor decisivo es el peso. Los trípodes de madera son muy estables, pero también pesados. Son ideales para uso estacionario, incluso expuestos al agua. Los trípodes de metal, sobre todo los de aluminio, combinan un peso reducido con una mayor estabilidad (¡algo muy importante cuando hace viento!). Todos los que tienen que transportar su catalejo y trípode a través de largas distancias sin duda agradecen cada gramo de peso que pueden ahorrarse. En este sentido, el no va más son los trípodes de fibra de carbono que, sin embargo, son muy caros.

No, la finalidad de los catalejos es distinta a la de los binoculares. Por eso, los observadores más ambiciosos se equipan con ambos. Los binoculares ofrecen un campo visual relativamente grande, que es perfecto para otear el entorno o, por ejemplo, explorar los lindes del bosque o una masa de agua para ver si hay aves interesantes. También sirven para orientarse por el espacio. Si las distancias son cortas o uno se encuentra en un entorno cerrado (un bosque, un matorral), basta con usar los binoculares.

Pero si descubrimos un objeto interesante, sobre todo si se encuentra en un paisaje despejado, posiblemente merezca más la pena aprovechar los aumentos del catalejo para poder verlo más de cerca y en detalle.

Como es natural, el observador también puede usar su catalejo para observar aves en movimiento, aunque, dado el reducido tamaño del campo visual, para ello se requiere cierta destreza. No es tan fácil mantener centrado a un pájaro que echa a volar de repente, porque el catalejo oscila de un lado a otro. Sin embargo, las probabilidades de encontrar un ave por el cielo o planeando mejoran cuanto más se practica porque con el tiempo más nos familiarizamos con el manejo de la mecánica y lo automatizamos, al igual que ocurre al conducir un coche: los novatos necesitan mirar la palanca de cambios para meter la marcha correcta, mientras que el conductor experimentado lo hace de manera automática. Recomendamos echar un vistazo a nuestras respuestas a las preguntas frecuentes sobre observación de aves.

La calidad de los catalejos depende de numerosos aspectos. Además de la cantidad de lentes integradas, los revestimientos que se aplican a sus superficies y los soportes sobre los que se montan, el material de la carcasa o el diseño de los oculares, el tipo de vidrio empleado también es decisivo. Para los catalejos de gama alta se suelen usar vidrios con un alto contenido de fluoruro, ya que presentan unas propiedades de refracción especiales. Estos vidrios son difíciles de fabricar y de mecanizar, pero aseguran una corrección óptica y cromática considerablemente mejor que las ópticas de vidrio normal.

A partir de un factor de aumento de 30, los catalejos con vidrios sencillos muestran bordes azules claramente perceptibles, mientras que las ópticas con vidrio especial suelen carecer de aberraciones cromáticas hasta prácticamente un aumento de 60x. Las marcas de gama alta, como ZEISS, Swarovski, Leica, Optolyth y Kowa-Prominar, a menudo usan vidrios especiales sin necesidad de especificarlo. Por otro lado, marcas de gama intermedia como Leupold, Omegon, Meopta, Minox, Celestron, Meade, Vixen, Nikon y algunos otros fabricantes también suministran catalejos con vidrios especiales.

Para distinguir estos modelos de aquellos con vidrio convencional, los fabricantes suelen usar las siglas HD (High Definition) y ED (Extra Low Dispersion). Las ópticas con vidrios ED/HD ofrecen una calidad de imagen significativamente mejor, pero también son mucho más caros.