Además de las turbulencias del aire, la iluminación en el cielo nocturno es el mayor obstáculo para observar objetos tenues más allá del Sistema Solar. La iluminación artificial significa que, en los asentamientos humanos, el cielo ya no es verdaderamente negro. También tiene un efecto negativo en el contraste y, por tanto, la definición de los objetos del cielo profundo.
Sin embargo, dependiendo del tipo de objeto celeste, es posible filtrar parte de esa luz molesta, y facilitar así la observación de los objetos. El filtro CLS es el todoterreno adecuado para este campo de aplicación. Aprovecha el hecho de que la iluminación artificial no se distribuye de modo uniforme por todo el espectro para suprimir estos colores (los típicos del alumbrado público) al tiempo que deja pasar luz de los objetos del cielo profundo.
Este es un filtro imprescindible para todo observador visual.