Óptica AC 60/700:
Este refractor con una abertura de 60 mm recoge 70 veces más luz que el ojo humano, de modo que figura entre los clásicos telescopios para principiantes. Con un aumento máximo de 120 veces, ya se distinguen los primeros detalles al observar los grandes planetas Saturno, Júpiter y Marte. La Luna también se suma como un objeto que vale la pena contemplar: se puede observar maravillosamente el paisaje lunar con sus cráteres, con una iluminación siempre cambiante según las distintas fases. También es posible realizar interesantes observaciones de la naturaleza a la luz del día usando una lente de reversión o un prisma Amici. El enfoque se efectúa mediante una rueda de ajuste situada en el portaocular, que actúa sobre este último por medio de una cremallera. De tal modo, la nitidez siempre se ajusta con precisión y permanece invariable de forma fiable durante las observaciones.
Este instrumento ofrece ventajas tanto para astrónomos con experiencia como para quienes desean acceder a un sistema con prestaciones superiores. La óptica también está estupendamente indicada como tubo guía, que puede colocarse en un telescopio más grande y utilizarse para tomar fotografías o controlar seguimientos.
La "T" del nombre significa "terrestre", es decir, adecuada para la observación de la Tierra. Gracias al espejo cenital, también se puede ver una imagen recto/ en posición derecha).